⤖ FUNDADOR DE MILAGROS

Juan Martín va y viene por las calles y las callejuelas de sus parroquias sucesivas. Para ver y escuchar, para sentir la sonrisa de un recién nacido que le llevan a bautizar, el amor de una pareja de ancianos, la pobreza oculta de los tugurios. Y la injusticia: conoce jóvenes apenas en la pubertad que por algunos robos menores terminaron en la horca. Conoce también la angustia de las prostitutas de Metz, ciudad que ha sido siempre un bastión de tropas militares. Y comprende que la piedad popular, manifestada en las procesiones, es impotente para detener esos males. Se necesita algo más. Otra cosa muy distinta: Instruir. Queriendo poner remedio a la incultura y a la falta de formación religiosa de aquellas gentes, concibió el proyecto de enviar muchachas jóvenes generosas que, movidas, como él por una confianza en Dios y total Abandono a su Voluntad, dedicaran su vida a los más pobres y más abandonados de la Sociedad.
Su Proyecto era totalmente nuevo y atrevido:

· Elaborar el proyecto de las escuelas,
· Aceptar el enviar una maestra sola
- sin dinero
- sin pensiones

Después de ocho años de oración y reflexión, el 14 de enero de 1762, se abrió la Primera Escuela. Así nació la Congregación de las Hermanas de la Providencia.
Dios concedió a J.M.Moye y a Margarita Lecomte, primera Hermana dela Providencia, el don de la audacia, el optimismo y la valentía.


El apoyo en Dios Providencia fortaleció al Padre Moye para superar todo tipo de dificultades, y pide a las Hermanas que vivan el Evangelio en cuatro dimensiones específicas


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